«Te pones a Diego Hdez y más que invitarte a escuchar su música, parece que te haya invitado a su casa. Entra, anda. Aquí vivo yo, en estas canciones. No están decoradas con lujo, sino con gusto, que no es lo mismo. Nunca lo es. No llevan maquillaje embellecedor alguno (ni filtros ni nada que se le parezca). Son hermosas porque son así. Tienen un guapo natural. Y están compuestas (¿improvisadas?) al mismo tiempo que Diego las está interpretando. “Todo es primera o segunda toma auto-obligada”, reconoce este músico canario. Las canciones de Diego tienen el encanto de lo hecho a mano, del folk sin intoxicar».